URUGUAY – ESCUELA DE FORMACION ORIONITA
El sábado se presentó con intenso calor, y a pesar de ello, nuestro ánimo no disminuyó a la hora de emprender el viaje rumbo al Cottolengo Masculino en Montevideo, para participar de una nueva instancia de la Escuela de Formación Orionita. La presencia de nuestra Madre María quedó patente ya desde el comienzo, con el rezo del Rosario que nos acompañó durante el viaje desde el Santuario Virgen de las Flores, en Estación Floresta, hacia Montevideo. Al llegar, nos fuimos encontrando con los orionitas y amigos que se sumaron desde las distintas casas de Montevideo; Don Orione nos recibió con los brazos abiertos, y enseguida salieron a nuestro encuentro algunos de los muchachos residentes, con rostros sonrientes y curiosidad a flor de piel. La hermosa capilla ubicada en la entrada del Cottolengo fue el escenario donde nos reunimos para escuchar la charla que preparó con dedicación y cariño la Hna. Marcela, “Con María, orionitas sembradores de esperanza”.
Hablar de la esperanza en tiempos de depresión, de angustia, de egoísmos, de miedos y de gente que vive la vida sin Dios, se hace muy necesario. Como orionitas, estamos llamados a sembrar esperanza en todos los que la necesitan y Dios pone en nuestro camino. Cuando la esperanza se apaga, se corre el peligro de sembrar ira, indiferencia, desconfianza, descontento. La clave para combatir la esperanza marchita es la caridad, que es el Amor de Dios en nosotros y que quiere ser compartido sirviendo al hermano, especialmente al más necesitado, al más vulnerable, al más desvalido.
Terminada la charla, asistimos a la Eucaristía celebrada por el Padre Raúl, en donde el Señor siempre quiere hacerse uno con nosotros, para fortalecernos y animarnos a ser motores de esa esperanza que nos motiva a seguir adelante con alegría.
Finalizamos con un momento de encuentro y compartir fraterno, en donde también, luego de alimentar el espíritu, alimentamos nuestros cuerpos.
Es necesario dar gracias a nuestro Dios, que es un Dios de Amor y misericordia, por ser nuestra esperanza… en Él confiamos y en Él esperamos; gracias a la Virgen María, toda madre y toda ternura, a nuestro Santo Don Orione que nos convoca y nos regala nuestra familia carismática, al Padre Raúl que nos recibió en su casa, siempre cercano y dispuesto, a la Hermana Marcela con su don de madre, que animó el encuentro con la charla, y a todos los que se acercaron para ser parte de un momento en familia.
¡Ave María y adelante!
MLO Uruguay





